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Aniversario de la sanción de la Ley 26.899
El 13 de noviembre de 2013, el Senado de la Nación sancionaba por unanimidad la Ley Creación de Repositorios Digitales Institucionales de Acceso Abierto. En noviembre también, pero del año 2016 la norma fue reglamentada por la Resolución 753 estableciendo plazos y pautas de funcionamiento.
La Ley 26.899 establece que las instituciones del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología que reciban financiamiento del Estado Nacional deberán crear sus “Repositorios Digitales Institucionales” de acceso abierto y gratuito en los que se depositará la producción científico tecnológica resultante del trabajo de investigadores, tecnólogos, docentes, becarios postdoctorales y estudiantes de maestría y doctorado. La producción científica que será difundida en dichos repositorios contempla trabajos técnico-científicos, tesis académicas, artículos de revistas, etcétera, que sean resultado de las actividades de investigación financiadas con fondos públicos. Además, se establece la obligatoriedad de publicar los datos de investigación primarios hasta 5 años después de la recolección para que puedan ser utilizados por otros investigadores.
El modelo de Acceso Abierto contemplado implica que los usuarios de este tipo de material pueden, en forma gratuita, leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar o enlazar los textos completos de los artículos científicos y usarlos con propósitos legítimos ligados a la investigación científica, al desarrollo tecnológico, a la innovación, a la educación o a la gestión de políticas públicas, sin otras barreras económicas, legales o técnicas que las que suponga Internet en sí misma.
El acceso abierto no es un modelo de negocio, es nuestro derecho a acceder a la literatura científica
En este último tiempo como bibliotecarias y activistas del Movimiento de Acceso Abierto hemos sentido un fuerte sentimiento de rechazo ante los anuncios que editoriales como Elsevier difunden entre investigadores. Tal como advierte Vessuri (2020) estos grandes grupos editoriales han tomado el control del acceso abierto bajo la premisa de “si no puedes ganarles, únete a ellos” y se proclaman ahora como sus “abanderados”, definiendo un modelo de negocio con base en el acceso a la información científica. Sin embargo, son los primeros en estar en contra de la apertura al permitir solo el uso de licencias no comerciales luego de haberse favorecido de su explotación (Lund & Zukerfeld, 2020).
Hoy con la pandemia estas empresas han dispuesto en acceso abierto material científico acerca del COVID-19 con criterios propios -algunos de los cuales están nuevamente cerrados- para favorecer la circulación de conocimiento y avanzar más rápido hacia el desarrollo de una cura o vacuna, dejando en evidencia que el modelo imperante es contraproducente para una verdadera comunicación de la ciencia. Como otrxs activistas, autorxs y pensadorxs del Acceso Abierto, nos preguntamos, ¿es sostenible el modelo tradicional del sistema de apropiación privada del conocimiento? y si lo fuese, ¿a qué costo? o mejor dicho, ¿qué costo estamos dispuestxs a seguir pagando? Mientras, nos toca escuchar que algunxs investigadores ya consideran que el acceso abierto se refiere únicamente a las revistas que cobran por publicar y otrxs incluso, nos consultan si las revistas de acceso abierto se refieren siempre a tener que pagar onerosos costos por publicar (APCs)1.
Botones para una interoperabilidad más amigable entre RedALyC/AmeliCA y SciELO: LuXMeL v.0.9.0.2 (actualización)
Los editores de revistas científicas de Argentina entenderán cuando decimos que la indización de nuestras revistas en bases de datos puede convertirse en un gran dolor de cabeza. En ocasiones nos encontramos realizando el mismo trabajo una y otra vez con el fin de darle a la revista la visibilidad que los autores necesitan y la accesibilidad que los lectores merecen.
Porque al hablar de revistas científicas en Argentina y en el resto de América Latina -al menos en el área de ciencias sociales-, indefectiblemente estamos hablando de Acceso Abierto: estamos hablando de un modelo de comunicación científica que se trabaja desde finales del siglo XIX. Para nosotros los latinoamericanos, es habitual que los investigadores publiquen sus artículos en las revistas de las Universidades de las que forman parte o de otras Universidades de la región (y de otras regiones también), revistas que son de acceso abierto, es decir que son gratuitas tanto para el que publica como para el que las lee.
Por eso, tal vez por momentos nos resulta hasta un poco extraño ver cómo en América del Norte y en países de Europa recién ahora empieza a surgir un movimiento que propone este modelo, o al menos uno que va en nuestra misma dirección. Como dice Dominique Babini (2019), nuestra fortaleza es que nosotros en América Latina, ya estamos donde ellos quieren llegar.
Encabezando este modelo de comunicación científica colaborativa y sin tercerización comercial, podemos distinguir dos grandes bases digitales: RedALyC y SciELO, que establecen criterios de calidad y publicación que las revistas deben cumplir para poder ser incluidas en sus bases de datos; y en los últimos años se sumó AmeliCA, una iniciativa basada en la tecnología RedALyC que pretende ser una infraestructura de comunicación para la publicación académica y la ciencia abierta que incluya a todas las revistas con mínimos criterios en común.
Tiempos de pandemia y proveedores de recursos en línea: alerta y análisis bibliotecarios
Como bibliotecarias, docentes e investigadoras del campo de la bibliotecología y ciencia de la información, vemos con preocupación la forma en que algunos proveedores comerciales de libros electrónicos están difundiendo sus colecciones y servicios. Es habitual encontrarlos en eventos y jornadas profesionales en las que nos muestran sus productos, a veces a precios tentadores, con folletos publicitarios que anuncian cantidades enormes de documentos disponibles e importantes editoriales reunidas en un solo lugar. Pero ¿qué nos ofrecen realmente en esos combos?, ¿acaso esas colecciones son de utilidad para nuestros usuarios?
Si bien la compra de títulos digitales en bibliotecas es algo habitual desde hace bastante tiempo, es un hecho que las bibliotecas argentinas -y en particular las universitarias nacionales- no suelen contar con presupuestos generosos que permitan su fácil incorporación. Además, gran parte de los textos universitarios de grado en español continúan publicándose y, sobre todo, usándose mayormente en formato impreso, por lo que la inversión en este rubro es incierta y, por tanto, difícil de decidir en un contexto de escasez de recursos. En este sentido, las y los especialistas coinciden en señalar que la adquisición debería acompañarse con un plan de difusión y capacitación para favorecer la apropiación de los recursos electrónicos tanto por parte del personal docente como del estudiantado.
Recientemente, la empresa eLibro envió una propuesta a todas las universidades nacionales de gestión pública (UUNN) argentinas, a través del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), con motivo de la suspensión de clases presenciales decretada por el Gobierno nacional debido a la cuarentena obligatoria que rige para evitar la propagación del COVID-19 en Argentina. En la misma, ofrece sin cargo para el resto del 2020 acceso a su colección multidisciplinar y de textos multiusuario ‘eLibro Cátedra’, integrándola al Moodle[1] de cada universidad. Este producto se describe allí como “la mayor colección de textos digitales académicos en español del mercado, incluyendo unas 450 editoriales -comerciales y universitarias- como Granica, Fondo de Cultura Económica, Siglo XXI Editores, Akal, McGraw-Hill, Gustavo Gili, Manual Moderno, Universidad Politécnica de Catalunya, entre otras. Se trata de más de 100 mil textos a la fecha, a texto completo: libros, revistas, artículos y tesis”. Y aunque la colección se ofrece gratuita durante 2020, en este momento hay 36 instituciones en el país que figuran como clientes en su sitio web, de las cuales 14 son UUNN[2].
En este post nos proponemos analizar, concretamente, cuál es el contenido incluido en la colección “eLibro Cátedra”.
Poder al acceso abierto: la Biblioteca Abierta de Humanidades
Impulsados por la curiosidad que nos define como profesionales de la información, nos dedicamos a explorar y analizar diferentes recursos digitales en los que se pueda encontrar información en acceso abierto, preferentemente del área de las ciencias humanas y sociales. Con estos parámetros, encontramos la Open Library of Humanities (OLH) -Biblioteca abierta de humanidades- , una plataforma sustentable y segura que gestiona y edita publicaciones en acceso abierto, la que nos llamó particularmente la atención por sus características y por proponer un modelo de edición cooperativa entre bibliotecas de varias instituciones.
La OLH fue fundada en el año 2015 en el Reino Unido, y se define a sí misma como una organización sin fines de lucro que se dedica a la promoción y publicación de revistas relacionadas con las ciencias humanas en acceso abierto (AA). Sus creadores son los Dres. Caroline Edwards y Martín Paul Eve, académico británico reconocido por promover las políticas internacionales y en el Reino Unido sobre AA.