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Repositorios institucionales y plataformas de inteligencia artificial ¿acceso abierto para todo?
El acceso abierto a la producción científica ha sido el objetivo principal en la creación y gestión de los repositorios institucionales en nuestro país y la región. Estos espacios digitales inicialmente surgieron como proyectos aislados, mantenidos en general por la iniciativa y el trabajo de los bibliotecarios, sobre todo en el ámbito universitario (De Volder, 2008). Pero desde 2013 se han convertido en una red de repositorios enmarcada en normativas que van desde un alcance local (facultades y universidades) hasta de alcance nacional como la Ley de Repositorios Digitales Institucionales de Acceso Abierto. Estas normativas implican que dispongan de metadatos estandarizados y protocolos de recolección de datos con un fin de colaboración académica pero a la vez facilitan el acceso a toda plataforma que quiera utilizar esos datos con otros fines.
El desarrollo de los modelos de lenguaje a gran escala (LLMs del inglés Large Language Models) y la expansión de las llamadas “plataformas de inteligencia artificial”, cuyo núcleo son estos modelos, introdujo desafíos significativos para los repositorios institucionales. Esto se debe a que las empresas tecnológicas extraen masivamente la información que publican los repositorios para entrenar sus modelos de lenguaje, y dar respuesta desde sus plataformas a los usuarios, utilizando esta información sin referenciar a sus autores ni mencionar a los repositorios.
Este uso no consentido de los repositorios no solo desvía su propósito original, sino que también ocurre sin una propuesta económica!!!, algo mínimamente esperable de empresas/corporaciones salidas del seno del capitalismo. Como señala Zuckerfeld (2016), esta apropiación cognitiva es parte fundante del modelo capitalista, y esta forma de piratería de conocimiento / información, si no es norma, es una excepción que se repite con regularidad. Sus consecuencias son múltiples: se genera una contradicción con el principio de acceso abierto, ya que los recursos creados para el beneficio de la comunidad académica y la sociedad en su conjunto terminan siendo utilizados con fines comerciales por empresas privadas del exterior, violan la única restricción que dicta la declaración de la Iniciativa de Budapest para el Acceso Abierto, al no generar una referencia a los repositorios como fuente, ni citar a las y los autores al momento de generar las respuestas, por último, está extracción de datos implica una sobrecarga para las infraestructuras locales, los servidores y el ancho de banda, que se ven afectados y muchas veces saturados lo que termina generando un servicio de mala calidad para los usuarios legítimos de los repositorios. Es que estas empresas, además, suelen ignorar restricciones como el archivo robots.txt, diseñado para limitar el acceso automatizado a determinados contenidos, tal como se explica en un foro de la comunidad DSpace (2024), lo que evidencia una explotación indiscriminada de recursos académicos sin respetar los acuerdos establecidos.
ARCAS, archivo abierto: hacia el acceso a fuentes primarias de investigaciones en Humanidades
Mucho se ha hablado en este último tiempo acerca de la Ciencia Abierta, un concepto que representa “un cambio de paradigma en la manera de hacer ciencia” (Anglada y Abadal, 2018, p. 293). Según esta filosofía, la diferencia radical se da en la forma en que se llevan a cabo los procesos investigativos, en la generación, distribución y reutilización del conocimiento, y en su análisis, evaluación y difusión.
Si bien el alcance del concepto aún se encuentra en discusión por la comunidad científica (Abadal Falgueras y Anglada Ferrer, 2020; Babini y Rovelli, 2020; Abadal, 2021), hay varios autores que señalan como sus componentes principales el acceso abierto a las publicaciones y a los datos de investigación, la revisión abierta, la ciencia ciudadana y los modelos de evaluación, entre otros. Todo esto apoyado en avances tecnológicos que permiten configurar infraestructuras compartidas y abiertas, muchas veces desarrolladas a partir de software con código también abierto.
Este nuevo modelo propone un trabajo colaborativo entre los académicos, a la vez que exige transparencia y mayor eficiencia en las fases de la investigación, posibilitando no solo el acceso a las publicaciones sino a los datos -y por qué no a las fuentes- que sustentan lo dicho en esas producciones y las revisiones que avalan lo expuesto (Abadal, 2021), promoviendo estudios reproducibles y con mayor alcance social.
Ciencia abierta y ciudadana, una forma de hacer ciencia cada vez más argentina
La noción de ciencia abierta u open science es amplia e incluye múltiples suposiciones acerca de nuevas formas de crear y compartir el conocimiento científico (Fecher y Friesike, 2014). Es un movimiento que representa una filosofía, política y práctica donde la ciencia que se produce debe ser compartida, colaborativa y transparente para así impulsar mayores descubrimientos y avances científicos y lograr beneficiar e interactuar con todos los sectores de la sociedad (Uribe Tirado y Ochoa, 2018).
Entre los beneficios que aporta esta nueva forma de hacer ciencia están:
Debemos señalar que el término evoca interpretaciones diferentes. El principio de “apertura” abarca desde el proceso de creación de conocimiento y su posterior disposición libre y gratuita en la web (por ejemplo: Acceso abierto) o el desarrollo de herramientas de colaboración (como las plataformas de redes sociales para científicos), hasta la relación entre la investigación y el resto de la sociedad (como lo es la ciencia ciudadana).
Portal #Ciencia Abierta Argentina
Hace aproximadamente dos semanas se lanzó el Portal de Información de Ciencia y Tecnología Argentino, un sitio web que ofrece al usuario el acceso oficial a información de interés público en ciencia, tecnología e innovación en Argentina. Se describe como “una iniciativa que promueve la transparencia, el acceso a la información pública y la rendición de cuentas, ligada a las políticas de gobierno abierto y que forma parte del Plan de Apertura de Datos establecido por el Poder Ejecutivo Nacional”.
La Subsecretaría de Evaluación Institucional dependiente de la Secretaría de Articulación Científico Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación coordina y administra dicho portal.